+ fotosVolamos a jordania de mañana y teníamos solo 2 días para recorrerla, queríamos aprovechar el tiempo lo mejor posible sabiendo había mucho para conocer, contratamos un ómnibus para 18 desde el aeropuerto para no perder tiempo, este nos llevó directo al Mar Muerto en una visita de una hora, fugaz pero suficiente para embarrarnos y flotar en el agua salada, una sensación muy particular que ya había vivido pero no recordaba mucho, se siente un ardor constante por la sal, el agua es aceitosa y en el cuerpo cuando salís se siente un olor a grasera, parece asqueroso pero fue muy divertido.
Todo cronometrado para llegar a Petra salimos en hora, 4 hs de viaje y llegamos justo para ver " Petra by Night" no pasamos ni por el Hostel. Llegamos, levantamos las entradas que nuestro conductor había arreglado con alguien para que las compre para ahorrar tiempo y entramos a Petra mientras el iba al Hostel a avisar llegábamos tarde para que no perdiéramos la reserva... Todo muy redondo y pensado.
Conocer petra en una noche como esa, oscura porque la luna era apenas una uña, con un clima agradable no como en la india, fue increíble, recorrimos un camino apenas alumbrado por algunas velas, caminamos sin saber a donde íbamos, hasta que después de 15 minutos apareció "El tesoro" iluminado por miles de velas. Fue una experiencia inolvidable ir descubriendo este lugar increíble con la luz de las velas.
Nos sentamos mirando al tesoro en unas alfombras preparadas para la ocasión y una vez se terminaron los flashes y el murmullo empezamos a disfrutar del silencio y la magia del lugar iluminado por las velas. En eso aparecieron unos beduinos (especie de gitanos del desierto), uno se sentó, sacó un instrumento de cuerdas mezcla de guitarra y violín y empezó a tocar y a cantar, fue insuperable ese momento, es inexplicable, hay que vivirlo, se llevó más de 5 porotos.Cuando termino lo siguió otro tocando la flauta y luego un cuento.
De ahí nos fuimos directo a dormir al Orient Hostel, que era bastante patético pero el cansancio hizo que no importara.
Al levantarnos temprano para aprovechar el día en petra, bajo al lobby para usar internet y la escena era muy bizarra, tuvimos que caminar por arriba de Momo (el recepcionista) que dormía en un colchón en el piso despatarrado con calzoncillos multicolores fluor después de una noche de alcohol importante.
El ómnibus nos paso a buscar y nos dirigimos a petra, entrando en grupos de 2 o 3 porque no se puede ir sin guía.
Fue como conocer dos lugares distintos al ir primero en la noche y ahora de día, lo descubrimos de nuevo.
Recorrimos el mismo camino, esta vez a caballo cuyos dueños pretendían llevarnos como en la plazita Conaprole cuando tenía 6 años, cuando se dio cuenta que no había forma que aceptara ese paseo me ofreció algo mucho más interesante por bastante más plata claro esta.
Hacer un camino no tradicional, salirnos del sendero turístico para descubrir Petra atreves de un recorrido de 2 hs a caballo entre las montañas. Convencí a quica y a guille de hacerlo y emprendimos viaje las 3 con el macaco perdiendonos de la gente entre las montañas. Cuando estábamos completamente solas y vimos una camioneta sola a lo lejos nos dimos cuenta de la inconsciencia que habíamos hecho, emprender viaje con un desconocido por el desierto.
Madul, o algo así era su nombre resultó ser el mejor guía, muy interesado en contarnos como era vivir en petra, tener un rey, como cambia el color de la tierra y arena d petra y así la visión de las montañas después de la época de lluvias. Nos contó como es la difícil convivencia con los beduinos que al sentirse desplazados de petra por esta poblarse, encontraron su lugar en un sitio más alejado cedido por el rey que vimos a lo lejos entre las montañas.
Nos hizo un tour no tradicional que solo se podía hacer así de a pocos, se disfruta distinto y el estaba deacuerdo en eso conmigo, no hubiera sido lo mismo con más gente.Fuimos ascendiendo hasta la cima, por momentos caminábamos porque los caballos no pasaban con nosotros entre las rocas, una vista increíble, ahí nos despedimos de nuestro amigo quien se llevaba los caballos de vuelta porque está parte era posible solo a pie, después de explicarnos el camino seguimos solitas con un poco de miedo de perdernos entre la montañas.
Encontramos un niño que vendía piedras que nos ayudó a llegar a la cima, iba con su burro ( jackass) con quien nos fotografiamos. Nos guió hasta el punto donde se veía Petra desde lo mas alto y seguimos solas, la vista era inigualable, mientras nos sacábamos fotos en la punta de un precipicio aparecieron unos escoceses que venían con guía y no entendían como estábamos 3 chicas solas, sin guía, de chancletas (quica y guille) escalando la montaña, es verdad no estábamos preparadas para eso, pero era tal el paisaje y lo bien que estábamos pasando ahí solas que el cansancio y falta de agua no importaba. De a poco fuimos descendiendo por lo que nos pareció ser el camino a Petra para poder conocerla y recorrerla desde abajo, algo totalmente distinto a verla desde arriba.
Fue un regalo impagable el que nos dio nuestro amigo con ese paseo, que disfrute más todavía por los días que se venían viviendo.Me hubiera quedado 3 días más para conocer más a fondo Petra desde abajo y hacer una ¨excursión¨ que nos ofreció a las montañas durmiendo 3 noches en carpas en el desierto.
Terminado el paseo el chófer nos llevó a un pueblito muy lindo donde el vivía llamado Madaba para pasar la noche, a 15 minutos del aeropuerto. Era similar a cualquier pueblito del interior de nuestro país pero en Jordania, parecía Santa diría soli.
Al otro día volamos a Estambul de madrugada asique nos vino bien.
