Marruecos

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Salimos de la comodidad de Europa para conocer un destino mas, distinto a lo que ya nos habíamos acostumbrado en Europa. El segundo país de África que conocíamos y la primera vez q nos adentrabamos en el desierto. Salimos sin nada organizado, solo con las ganas de pasar una noche en el desierto. Teníamos todo el día de viaje y esperábamos valiera la pena.
Tomamos el ferry que ponía dos horas en llegar a Tánger. Ahí corrimos a la estación de trenes para viajar el resto del día hasta Marrakech llegando de noche, el viaje fue una tortura, recorrimos todos los vagones sin poder sentarnos en ningún lado, terminamos entre vagón y vagón sentados en el piso, así viajamos todo el día, muy incómodos. Cuando llegamos ya era tarde y estábamos muy cansados, salimos en taxis para la plaza donde se suponía íbamos a conseguir una excursión a un buen precio. Fuimos hasta un "hotel" que nos habían recomendado y ahí arreglamos una buena excursión de 3 días con guía. Saliendo a la mañana siguiente a las 7:00 am. Esa noche dormimos ahí, como no tenian habitaciones suficientes disponibles fuimos a "the other hotel", que resultó ser la casa del dueno que no estaba muy bien que digamos, pero bueno solo precisábamos una cama.Salimos a las 7:00 y había solo un conductor que hablaba francés. Reclamamos y nos mandaron a Brahim, personaje muy particular que marco este viajecito, apareció sin dormir con la camisa llena de sangre por defender a unos turistas estaban con el. Con ese panorama salimos, hablaba inglés asi que arrancamos contentos. Más que mucha info de marruecos nos canto y bailó todo el día. Muy cómico, parecía más turista y contento que nosotros de estar ahí. Esa camioneta que nos llevó a los 13 y a Brahim fue nuestra casa esos días. Recorrimos una Kasbah Ait Benhaddou casa de barro muy antigua donde había vivido una familia pero ahora era solo museo. Ourzszat donde almorzamos Tajine de carne (carne de puchero y verduras hervidas en un hornito de barro que lleva el nombre de la comida).Dormimos en un hotelio muy lindo en las montañas, camino al desierto. De cenar nos dieron Cus Cus que era básicamente lo mismo que el Tajine pero sin el hornito y con la harina amarillenta que no recuerdo que es. En el primer día ya probamos las dos típicas comidas y resultó que fue lo que comimos básicamente el resto de los días.. No había mucha variedad de platos.Al otro día seguimos viaje, pasamos por La Garganta de Todra y de tardecita llegamos al albergue donde dejamos nuestras cosas y salimos en camello una hora y algo hasta el campamento en el desierto, viendo el atardecer en el camino. Esa noche valió todo lo recorrido hasta el momento, el desierto a esa hora era increíble, las dunas con el reflejo naranja del sol y las sombras. Llegamos al campamento y ya era de noche, había luna y empezó un poco el frío. Cenamos Tajine en unas alfombras en la arena. Más tarde aparecieron unos tamborcitos y empezaron a tocar. Caminata por las dunas hasta un punto alto donde se veía desierto para todos lados, increíble estar ahí de noche caminando por la arena fría. Bajamos corriendo y parte rodando y cansados fuimos a dormir. A eso de las 3:00am me desperté para ir al baño que era la arena fría atrás de las carpas, ya no había luna y vi el cielo como nunca en mi vida, lleno de estrellas iluminaban la arena blanca, fue increíble.Amanecimos temprano y vimos el amanecer desde los camellos ya volviendo. Volvimos a la camioneta, hicimos varias paradas y llegamos de nochesita a Marrakech, fuimos al famoso mercado a probar algunas comidas, los comerciantes se pelean para que te sientes en sus mesas que tienen números, terminaron agarrándome de un brazo sin soltarme para que comiera ahí, sin poder parar de reirme no me podía soltar. Terminamos sentándonos en frente y quedaron muy ofendidos. Comimos bárbaro sin saber que íbamos a terminar muy mal gracias a esa cena. Vómitos y diarrea por todo el día siguiente, Gastroenterocolitis según el médico, no podíamos levantarnos de la cama, el Hostel (pensión) no ayudaba a la situación, baño con tasa turca, ni un water en todo el lugar y las habitaciones sin ventanas.. Un lujo!! Así pasamos el último día en marrakech. Por suerte esa noche tomamos el tren ya medicados y estábamos mejor. Llegamos a España un poco débiles y con una dieta a seguir pero con una experiencia que no voy a olvidar.